¿Cómo
hacer una introducción para un trabajo académico?
La
redacción de un trabajo académico o ensayo es un hecho complejo. No obstante,
con la experiencia, se puede mejorar la técnica, pues no siempre dependerá de
la inspiración del redactor.
Cómo
hacer una introducción
Veamos
cómo se redacta una introducción. Recordemos la importancia de este tramo del
trabajo, pues es aquí donde se conoce el tema y se plantea la hipótesis que se
desarrollará a lo largo del ensayo o redactado.
Aunque
existen muy diversos tipos de trabajos académicos, todos comienzan por un
planteamiento que será el hilo conductor en el que se basará el lector para no
perderse y no desviarse de lo importante del contenido.
Es
decir, durante la introducción plantearás la hipótesis de forma sencilla y
precisa, con brevedad, pero con claridad. Habrá que especificar lo que se
describirá a lo largo de trabajo, lo que vas a demostrar y los puntos de vista
y observaciones que se han tenido en cuenta para el tratamiento del tema
mientras se desarrolla el ensayo o trabajo.
Qué
considerar en la introducción
Sea
cual fuere el tipo de trabajo académico que has elegido realizar, la estructura
suele ser similar. No obstante, de forma previa tienes que considerar ciertos
detalles antes de plantear la introducción, que será la base sobre el
desarrollo del contenido.
Crea
una introducción proporcional a la longitud del trabajo. Todo ensayo es una
investigación seria, pero esto también se aplica a una encuesta u otro tipo de
redacción.
No
pierdas de vista nunca el objetivo. En ningún momento de la extensión del
redactado debes andarte por las ramas, y mucho menos en la introducción, que
será breve, concisa y directa en el planteamiento.
No olvides
la motivación de la investigación. Mientras redactes, tenla muy clara y sin
perderla de vista para obtener una mayor concisión.
Antes
de escribir, tendrás que conocer en profundidad los problemas planteados en el
trabajo.
El
desarrollo de la introducción te indicará cuán larga puede ser según la
longitud total del trabajo al completo y los anexos para las aclaraciones que
de forma esporádica y general tendrás que añadir.
Es
importante que ya en el planteamiento quede claro el método de investigación
que se ha utilizado y en análisis del resultado obtenido.
También
es importante la estructuración del trabajo en esquemas de desarrollo para
evitar que el lector pierda el hilo conductor establecido en la introducción.
A
partir de aquí, recuerda que debes tener claro de qué se habla en cada
capítulo, detallando el tema sobre el que escribes y los antecedentes de este.
Empieza
a redactar la introducción
Para
responder a la pregunta sobre cómo se redacta una introducción, vamos a
explicar una serie de detalles importantes a considerar:
El
primer párrafo ha de generar mucho interés. Por ello, es una máxima de
escritura que la primera frase siempre ha de ser potente, o sea, que llame la
atención del lector. Luego, este detalle se extrapola a toda la redacción
introductoria.
Toda
la introducción presentará el tema del trabajo de forma concisa, directa y
amena.
Además,
también contaremos con otros detalles importantes para la redacción de la
Introducción: Desarrollo
de una idea por párrafo. Otro punto básico que siempre se ha de respetar. Para
que el lector disfrute de una lectura amena e interesante, sin confusión,
desarrollaremos una única idea por párrafo, de forma cohesionada, siguiendo la
línea conductora planteada en la hipótesis.
Las
frases que usemos deben estar bien cohesionadas. Evitaremos repeticiones,
redundancias y malas construcciones sintácticas y semánticas que dificulten la
comprensión lectora del trabajo académico.
Usos y
consejos
A
continuación, vamos a comentar algunos consejos expertos que pueden ser
interesantes para la introducción de todo tipo de trabajos académicos, logrando
que el contenido sea más atractivo:
Es
interesante el uso de citas de autores célebres. Es decir, además de citas
bibliográficas, se pueden añadir otras que amenicen la lectura.
La
narración de anécdotas relacionadas con la temática también en llamativa en
cualquiera de las partes de un trabajo académico ya sea en su introducción, en
su desarrollo o durante las conclusiones.
Es
importante también contar con el uso de analogías y ejemplos para facilitar el
entendimiento del contenido expuesto.
Además,
se recomienda el uso de preguntas. Es una fórmula interesante para suscitar el
interés del lector.
Las
partes del trabajo académico
Veamos
ahora, sea cual sea el tipo de investigación que se realice, cómo es la
estructura de un trabajo académico. Ya hemos conocido cómo hacer la
introducción. Luego, ¿qué viene?
Desarrollo. El
cuerpo y la parte más extensa del trabajo académico. Una vez expuestas las
ideas en la introducción, hemos de desarrollarlas y explicarlas.
Conclusiones.
Lanzada e introducida la hipótesis y desarrollada la investigación, toca
demostrar a qué conclusiones se han llegado y por qué de dichas conclusiones.
Referencias. A
continuación, se exponen todas las referencias bibliográficas que se han usado
para el desarrollo de los trabajos académicos.
Anexo.
Finalmente, se añadirá un anexo donde se especifiquen corpus estadísticos,
encuestas y entrevistas que, por su extensión, no han podido ser expuestos
anteriormente.
Ya
tienes un buen número de datos y sabes cómo hacer una introducción para un
trabajo académico. A partir de aquí, es tu labor desarrollar tu investigación.
Tú serás quien piense en la hipótesis, cómo la plantearás y qué herramientas,
bibliografía y datos usarás para demostrar que tus conclusiones son válidas.
Mucha suerte en tus estudios y disfruta haciendo aquello que te gusta.
Fuente: https://www.universia.net/mx/actualidad/orientacion-academica/como-hacer-introduccion-trabajo-academico-1047166.html
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